Cuando ya hemos dados algunos pasos en la vía de la Meditación, puede que nos surjan las preguntas: ¿estaré haciéndolo bien?, ¿cómo me doy cuenta si estoy progresando?

Ante esta cuestión, que es normal que surja, hay que dejar en claro que toda inquietud, duda, o inseguridad, proviene del ego, de la mente.
La Meditación es un estado de Conciencia Pura, en donde no hay identificación ni con el cuerpo, ni con la mente, sino que todo es observado, contemplado, toda apariencia, percepción, sensación, es percibida en unidad con esta Conciencia.
Si surge querer saber si estoy practicando bien, si estoy progresando en “mi” meditación, simplemente hay que darse cuenta de que esto es otro pensamiento más surgiendo en la mente. Es una buena oportunidad para indagar, ¿a quién le está surgiendo esta duda?, y observar en nuestro interior que en realidad no hay un “alguien” allí, sino que, simplemente hay Conciencia junto al contenido que esté apareciendo.

En realidad, ya somos ese Estado de Meditación/Conciencia Plena, pero no lo percibimos todo el tiempo porque la Conciencia está identificada con muchas creencias y estructuras mentales que hemos ido acumulando inconscientemente desde temprana edad. Esta es la ilusión de creernos ser toda la historia personal que cargamos en nuestra mente.

Por lo tanto, desde el punto de vista de la realidad, de la Conciencia, no hay progreso alguno, sólo hay Conciencia Pura, consciencia de Ser. Es la mente la que crea y se identifica con las experiencias. 

Otro punto importante a destacar es que en la práctica puede que surjan experiencias de todo tipo, placenteras o desagradables, y ante estas experiencias lo que hay que hacer es no apegarse ni rechazarlas, sino simplemente observarlas, darles la bienvenida, aceptarlas tal cual son, como algo que esta surgiendo momentáneamente en la superficie de la mente consciente, y al simplemente observarlas, sin involucrarnos con estas, notaremos que desaparecen, como las burbujas que suben desde la profundidad a la superficie del océano. Al hacernos conscientes, sin juzgar si son buenas o malas, sin identificarnos (esto me pasa a “mi”), siguen su curso natural y desaparecen.

No hay buenas o malas meditaciones. Esto no es más que otro juicio mental, del ego. Cuando nos sentamos a practicar, no hay que buscar objetivos, sino que el hecho de sentarse a meditar es la misma meta. Cada práctica es única e irrepetible. No hay que buscar tener o lograr ninguna experiencia o estado. Estos van surgiendo naturalmente. Esta es la clave, estar abiertos de manera natural, y saber que todo lo que surja, es como es, y es transitorio.

¿Qué es lo que siempre esta ahí presente? La Conciencia Pura que atestigua todo. Reconocer esto, Ser esto, es la misma y completa Meditación. Ser Conciencia es Meditar, y Meditar es Ser Consciente de Ser.

Innumerables beneficios surgen de la práctica meditativa (físicos, emocionales, mentales, espirituales), no hay que hacer absolutamente nada para obtenerlos sino comprender que surgen naturalmente y que no deben transformarse en el objetivo de la práctica. Tan sólo, aquietate, contemplá y simplemente sé, nada más es necesario.

Sobre el autor

Pablo Martín Rizzo es Instructor de Meditación Transpersonal
Dirige un Espacio de Meditación, Autoindagación y Contemplación No Dual y trabaja con sesiones online acompañando a sus clientes en su camino de apertura de consciencia.
Para mayor información,

Mail: pablomartinrizzo@gmail.com
Facebook: https://facebook.com/pablomartinrizzo

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