Hace algunos años era una locura pensar en trabajar desde casa. Pero hoy, el avance de la tecnología incorporada al trabajo ha hecho de esta metodología algo mucho más frecuente.

Cada vez son más las empresas que lo incorporan y las personas que prefieren trabajar desde casa. ¿A quién no le gustaría hacerlo? Pero hay que reconocer que el home office no es para todos. Sólo los más responsables y metódicos saben cómo organizar el espacio de trabajo en casa y establecer sus propias reglas para cumplir con sus objetivos laborales.

En este artículo de iMujer, te proponen analizar los sí y los no de esta nueva modalidad:

Los SÍ

 

  • Sí: Permite compartir más con la familia

    Trabajar desde casa nos permite estar más tiempo con nuestros hijos y acomodar los horarios para poder llevarlos y traerlos a sus actividades.

  • Sí: No hay que viajar
    El tiempo de traslado al trabajo se reemplaza por alguna actividad más productiva o, simplemente, nos permite descansar un rato más.

  • Sí: Aumenta la predisposición

    Cuando uno trabaja desde casa, suele estar más a gusto y rendir mejor. Las pequeñas libertades y la comodidad del hogar son pequeños detalles que contribuyen a la motivación de los empleados.

  • Sí: Crece la productividad

    Varios estudios han comprobado que un empleado en casa es más productivo que en la oficina. Es importante en este punto el contacto diario con compañeros y el envío de reportes, para mantener un cierto orden y sostener los objetivos a largo plazo.

  • Sí: Brinda más autonomía y flexibilidad

    La posibilidad de manejar nuestros horarios nos brinda más independencia. Así, cada uno puede aprovechar el momento del día que más le convenga y dedicar momentos a la dispersión cuando sea necesario.

Los NO!

  • No: Aísla al empleado

    Cuando los trabajadores hacen de su casa una oficina, se pierde contacto cotidiano con los compañeros de trabajo y con los superiores. La tecnología permite hacer llamadas y mantenerse comunicado pero el trato no es el mismo que cuando se comparte el espacio físico.

  • No: Hay más distracciones
    La televisión y otros elementos de esparcimiento están a la mano y nadie controla que no los usemos. Depende de la fuerza de voluntad de cada uno para no caer en distracciones o pérdidas de tiempo

  • No: Se puede acumular más el trabajo

    Manejar nuestro tiempo puede ser un arma de doble filo. No hay que confiarse y ponerse a trabajar para poder cumplir con los objetivos.

  • No: La oficina es el hogar

    Trabajar y vivir en un mismo ámbito puede no ser bueno. Hay que aprender a separar ambos espacios y a realizar al menos pequeñas salidas al terminar la jornada laboral.

  • No: No hay horarios definidos

    Es probable que al estar en casa nos cueste organizar nuestros horarios. Para esto es importante armarnos rutinas laborales y cumplirlas siempre.

Una vez que conocemos los pros y cons del home office, podemos optar por una modalidad intermedia. Es decir, trabajar en la oficina con nuestros compañeros y dedicar uno o dos días semanales al trabajo desde casa. Así vas a poder conjugar lo mejor las dos opciones y encontrar un equilibrio en tu vida profesional.

Muchas empresas ya están ofreciendo esta posibilidad a sus empleados. ¿Es este tu caso?

Si lo es, te recomendamos ambientar un espacio de tu casa para ejercer desde ahí tus tareas laborales

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